Lonja de Peñiscola

Castellón Tierra Exquisita

Piensa en un lugar en el que cuenta con una rica y extensa despensa donde podemos encontrar productos de mar y montaña, tales como trufa, aceite, vinos, frutas, verduras, pescados y mariscos de gran calidad. En un lugar con mil sabores, únicos, auténticos y singulares. Con un mismo origen, un corazón que contiene la innovación y el cuidado de los pequeños detalles, fuente de confianza. Un lugar, plagado de castillos, pueblos con encanto, parques naturales llenos de magia. Todos hablan de tradición y de historia. Su nombre es Castellón Tierra Exquisita.

La provincia de Castellón se promociona desde hoy como destino gastroturístico de la mano de Ashotur, la asociación provincial de hosteleros, y la Diputación de Castellón. En la primera hornada de la campaña se ha contado con los destacados cocineros Remo Domínguez, del Grau de Castelló; Gema Gimeno, de Onda; Raúl Resino, de Benicarló; Ángela Milián, de Morella; y Jordi y Jaime Sanz,de Peñíscola.

Nada como comer alimentos recién salidos de la tierra. Cuanto más fresco y original, mejor. Por eso Castellón Tierra Exquisita, con un ADN común detrás: tradición, historia, trabajo, entrega, compromiso, amor por la tierra, orgullo y personas con nombre y apellidos, todo con una trazabilidad absoluta que garantiza origen y calidad como factores competitivos determinantes. El objetivo es que esta calidad y diferenciación sigan transformándose como elementos decisivos para que un comprador apueste por llevarlos a casa y compartirlos con su familia, que se sienta orgulloso de los productos de calidad de Castellón Tierra Exquisita. Y de los verdaderos protagonistas de la marca, quienes trabajan día a día con orgullo y constancia por defender su tierra. Nuestra tierra.

Un trabajo silencioso que nos ha permitido llegar hasta donde estamos, dedicación es la clave. Innovación para seguir manteniendo la tradición. Trabajo para seguir creciendo día a día. A ellos les debemos estar aquí. Y a ellos les rendimos homenaje. Es el mejor aval de presente y futuro.

El restaurante del pescador que aprendió a cocinar en el mar

A lo largo de su carrera, Jordi ha aprendido de grandes como Manolo de la Osa.

Marina Vega: Texto Eva Máñez:Fotografía

Jaumet, como le llaman sus hijos, se embarcó con 14 años en Castellón, donde fue pescador y ayudante del cocinero de una barca llamada Dinero. «Ya lo haré yo», fue su respuesta cuando aquel hombre se jubiló y nadie quería hacerse cargo de la cocina en altamar. Así comienza la historia de ‘Casa Jaime’, un negocio familiar en Peñíscola en el que conviven y trabajan dos generaciones, que ahora es un restaurante de mantel blanco y platos marineros.

Jaime aprendió en el mar los sabores marinos o las artes de pesca. “Me gustaba mucho hablar con los hombres viejos, ya jubilados, de las cosas que les habían ocurrido: por qué usaban una malla u otra para coger lenguados, por ejemplo”. Ahora, es él esa persona con la que apetece charlar durante horas mientras te enseña el libro de firmas en el que aparecen nombres como Paco Rabal, Alfredo Landa, Juan Echanove, Fernando Fernán Gómez o los protagonistas de Juego de Tronos. Todos ellos, y muchos más, han pasado por ‘Casa Jaime’ (1 Sol Guía Repsol) en su medio siglo de historia.

Jaime, el patriarca, flanqueado por sus hijos Jordi y Jaime

Este gran conversador, empapado de sabiduría marinera, acumula décadas de experiencia en el mar que aplica a su recetario. A los 19 años pasó de la cocina de barca a los fogones en tierra firme: primero fue ayudante de cocina en un hotel de una familia catalana (el ‘Bonanza’) y luego estuvo seis meses en una escuela de hostelería.

Entre los entrantes destaca la tostada de brandada de bacalao e higo, con un contraste equilibrado

En el verano de 1967 abrió su propio bar de tapas en el casco antiguo de Peñíscola, el germen de lo que es ahora ‘Casa Jaime’: una histórica casa de comidas que ocupa su actual local desde 1982, en la Avenida Papa Luna, frente a la playa. Aquí, acompañado de sus hijos, que ya han cogido las riendas, continúa trabajando el producto del Mediterráneo -que tan bien conoce- con maestría.

No podían faltar en el arroz de Galera con huevas de sepia y alcachofa, como seña de producto local

“Seguimos haciendo la cocina marinera y autóctona, pero con algunos toques de creatividad”, nos explica Jaime, el primogénito. Sus entrantes son una buena muestra de ello: los mejillones en escabeche, los boquerones con huevas de trucha, la tostada de brandada de bacalao e higo o los carpaccios (de gamba roja con almendra, cebollino y regañás, o el de lubina) sirven para abrir boca y adentrarse en su peculiar mundo, que lleva el producto del mar a la mesa.

Jaime, el primogénito, es el sumiller y jefe de sala del restaurante.

Un relevo familiar

Jaime hijo es el jefe de sala. Primero estudió para ser delineante, pero el tiempo le ha hecho especializarse en sumillería -fue la primera promoción del CdT de Castellón- y enrolarse en el proyecto en el que trabaja toda la familia. Ahora ejerce de director de orquesta mientras recomienda alguna de sus más de 70 referencias de vinos, que van renovando periódicamente. Le acompaña su hermano Jordi, en la cocina, que ha pasado por casas históricas como la de Manolo de la Osa, en Las Pedroñeras.

El ‘carpaccio’ de gamba roja, almendras, cebollino y ‘regañás’ es uno de los platos más demandados.

Ahora son tres personas en sala y cuatro en cocina… y Jaime padre sigue al pie del fogón, pero sin olvidar dónde comenzó todo: en el mar. “Nos adaptamos al entorno con creaciones como el Capricho del Papa Luna: rellenamos la cáscara del erizo con alcachofa D.O. Benicarló, langostinos de Peñíscola y ponemos yemas de erizo por encima”.

Aunque se va retirando poco a poco, Jaime todavía echa una mano a Jordi en la cocina.

En ‘Casa Jaime’ también encontrarás algo poco habitual: caixetes (en castellano, cajitas; también llamado Arca de Noé), un peculiar marisco con profundo sabor yodado que tiene forma de pie de cabrito y que cocinan al vapor. Este bivalvo recibe ese nombre porque se abre girando una pequeña pestaña que tiene en la parte superior.

Los arroces de ‘Casa Jaime’ tienen nombres que honran la provincia o comensales ilustres.

Apodos para platos mediterráneos

Seguimos en clave de mar: las ortiguillas las preparan con el Arroz Calabuch, uno de sus clásicos, en honor a la película de García Berlanga, que rodó en Peñíscola muchos de sus largometrajes. Este icono de la cocina de este restaurante, que antes cocinaban en cazuela de barro y ahora de hierro, también lleva espardenyas. “El primero que lo probó fue el propio director de cine con su familia”, nos cuenta con orgullo el patriarca de ‘Casa Jaime’.

Su recién adquirido Sol Guía Repsol luce en el comedor.

Otro de sus manjares en forma de arroz es el llamado Columbretes (como las islas mediterráneas que se encuentran a 32 millas de Peñíscola, frente a la costa castellonense), que lleva yemas de erizo, gamba roja y ajetes tiernos. O el que lleva el nombre de su hijo menor, Jordi, que elaboran con langostinos y pulpo.

Las galeras, ya peladas.

En esta casa, fieles a su origen, también ofrecen el pescado del día, que puede ser dentón, lenguado, rape o corvina, porque “depende de la suerte del pescador”. Hacen, por ejemplo, un guiso tradicional de pescadores: la raya con langostinos. Otro de sus platos estrella es un homenaje a su abuelo, el padre de Jaime: “la Caldereta Camilo se llama así porque es el apodo de la familia y lleva rape, cigala y vieira con salsa tipo romesco con ñora, avellana, pan frito y está espesada con verdurita”.

Aquí se pueden degustar los poco habituales ‘caixetes’.

Un marinero orgulloso de su tierra

También hacen otras sugerencias del día en función de lo que dé la mar. “De vez en cuando tenemos fuera de carta singularidades como la llengueta (Aphia minuta) que, aunque no lo parezca, es un pescado adulto. Lo cocinamos a la bilbaína, como se hacen las angulas: con aceite, cayena, ajo y añadimos huevos de gallinas camperas. Otras veces tenemos langostinos al ajillo con curry o hervidos al vapor con agua de mar, pero también arroces diferentes, como el de galeras, alcachofa y huevas de sepia, que solo hacemos de noviembre a junio, por la temporada de la galera”, comenta el cocinero.

El restaurante aún mantiene su espíritu inicial como casa de comidas, aunque más refinado.

La carta de ‘Casa Jaime’ es una oda al mar, que refleja su entorno. “En la provincia de Castellón hay cinco puertos que capturan más de 300 especies”. Pero más allá del fértil Mediterráneo, Jaime nos confiesa que su tierra es un oasis en forma de despensa: “Tenemos una muy buena materia prima: aparte de mar, también somos huerta y montaña”. De ahí la trufa de Morella, los lechazos, las setas, la alcachofa D.O. de Benicarló o el tomate de penjar de la zona, que también utilizan en sus platos. La comida va llegando a su fin. Después del festín de sabores salinos, es el turno del dulce: una cremosa tarta de queso -que lleva un toque de roquefort- y una de manzana, de masa rústica y delicado regusto a anís.

La tarta de queso -con un toque de roquefort- llena las papilas de armonía dulce.

Antes de irnos le preguntamos a Jaime cómo tuvo claro que quería ser cocinero, dejando atrás aquellos años de juventud, cuando era pescador. “El mar siempre llama, esa afición no se pierde nunca. Antes tenía un bote pequeño y por la mañana me iba a las cinco de la mañana a pescar sepias”. Y sus hijos nos cuentan que, hasta hace poco, Jaime seguía yendo todas las tardes a la lonja de Peñíscola en su Mobylette para comprar pescado fresco. “Era su manera de seguir vinculado con la mar. Nuestro padre nunca ha dejado de ser pescador”.‘CASA JAIME’ – Avinguda del Papa Luna, 5. Peñíscola, Castellón. Tel. 964 48 00 30.

Un Oasis en el desierto Gastronómico de la Cocina Marinera en Peñíscola

Un Oasis en el desierto gastronómico de la cocina marinera. Guía para Comerse y berberse España. #CocinadeBarca #CocinaMarinera #MediterraneoenVivo. Por: Almudena Ortuño de Tapas Magazine

Ésta podría parecer una historia de arroz, pero en realidad es un cuento de mar. A los 14 años, Jaime Sanz empezó a trabajar como ayudante de cocina en un barco de arrastre, y hasta hoy. A punto de cumplir los 80, sigue visitando todas las tardes la Lonja de Peñíscola, ciudad en la que nació y donde decidió echar el ancla de su restaurante.

Casa Jaime de Peñíscola. Los productos marinos empapan los platos tradicionales de la casa. Desde los arroces, donde se prodigan las ortiguillas de mar y las espardeñas (holoturias o pepino de mar), o las galeras (squilla mantis) y las huevas de sepia, hasta los guisos y suquets (guiso tradicional de pescadores de bajura del maditerráneo) de pescado.

Si un barco sigue a flote tras medio siglo, es un buen barco.

Higos de Mar

Higos de Mar o Higos de Ermitaño, Es un bocado gelatinoso, una delicadeza sin igual en la fauna habitual que nutre las cocinas de los pescadores, El rancho marinero se nutre de las especies poco valoradas, que pescan en el día a día del trabajo del pescador, pero no por ello dejan de ser un bocado suculento, que inunda el paladar de sabor. #CocinaMarinera #RanchoMarinero #MediterráneoEnVivo #LonjadePeñiscola

En ocasiones sucede y en la cuchara hay una sorpresa. El cocinero y el comedor han convenido su deseado bocado con cierto misterio, sin extravagancias exóticas pero con pasión. El secreto ofrece un muy afable e inolvidable sabor marino. El Higo de Mar, una anémona invita a la aventura, no es ni pescado ni marisco, tampoco molusco clásico ni alga japonesa.

Es un bocado gelatinoso, una delicadeza sin igual entre la fauna habitual que nutre las cocinas y aún menos las cartas de los restaurantes. Las anémonas / higos florecen sobre la cascara de una pequeña caracola okupada por un cangrejo viajero que debe protegerse.

Anémona de 8 cm de alto y 5 cm de diámetro, con base bastante adherente. Columna lisa, con pequeños agujeros en la base por los que salen pequeños filamentos o acontios de color blanco a violáceo. El disco oral se encuentra rodeado de numerosos tentáculos, unos 700. Color de la columna pardo, blanquecino o cremoso, con líneas longitudinales más oscuras. Tentáculos translúcidos amarillentos o cremosos.

El CANGREJO ERMITAÑO (Bernhardus Pagurus), también conocido como Cangrejo Soldado, es un crustáceo, llamado también “Cangrejo Soldado”. Hace uso de las conchas vacías de caracolas de mar (Moluscos) para proteger su blando abdomen y cuidarse de los depredadores, que son su mayor amenaza.

El matrimonio de conveniencia entre el higo de mar y el cangrejo Ermitaño. Establece simbiosis mayoritariamente con el cangrejo ermitaño rojo Dardanus calidus o con Dardanus arrosor, aunque también puede asociarse a otros huéspedes del género Pagurus. De esta asociación, la anémona recibe alimento gracias al cangrejo y refugio en el caparazón, mientras que el cangrejo recibe de la anémona protección frente al pulpo, depredador del cangrejo ermitaño. Cuando el cangrejo decide cambiarse de caparazón, este pellizca el disco pédeo de la anémona para extraerla y llevársela consigo en la mudanza.

Caballa encebollada, cocina de barca

Caballa encebollada, receta que Jaime Sanz preparaba en la antigua casa de comidas de Casa Jaime (Matilde Tinot, 3), fundada en 1967. Donde la clientela le demandaba guisos de pescadores, en general cocina de barca. Aquellos Platos humildes que fueron su principal baza para captar nuevos clientes, después amigos y así afianzar su negocio. #MediterráneoEnVivo #CocinaMarinera #LonjadePeñíscola

#CocinaDePeñíscolaEnCasa 🥄Plato: Caballa encebollada al estilo marinero. 🥘Los chefs de los restaurantes de Peñíscola nos abren las puertas de sus cocinas para acercar la gastronomía de la #ciudadenelmar a todos los hogares 🍴Hoy es el turno del Restaurante Casa Jaime 👨🏼‍🍳Su chef, Jaime Sanz, nos enseña cómo preparar una receta sencilla de Caballa encebollada, cocina de barca al estilo marinero. ✏Prepara papel y lápiz para no perderte ningún paso ni ingrediente #AhoraViajaDesdeCasa 💙Peñíscola te esperará

La Caballa (Scomber scombrus), Se trata de un pescado azul. También llamada caballa del Atlántico, sarda, verdel, berdela, tonino, pelicato, verat o macarela. Es un pescado azul y de agua salada. En invierno permanece a 170 metros de profundidad, pero con el buen tiempo, sube a la superficie.

Cuerpo alargado y comprimido, cubierto de pequeñas escamas. En la cabeza no tiene escamas. Tiene dos aletas dorsales bien separadas, con unas aletas pectorales cortas, y una aleta anal seguida de siete aletillas. Su aleta caudal homocerca, está precedida por una hilera de pequeñas aletas. Su coloración es blanca en la panza y posee rayas verticales de color azul oscuro o negro en el lomo.

Ahora solo falta que prepares este guiso sencillo de Caballa encebollada, cocina de barca en casa y a disfrutar.