Arroz Calabuch

Arroces y arroces

Arroces y Arroces, por Carlos Maribona en @7Canibales

Articulo: @7Canibales Firma: Carlos Maribona.

Verano, chiringuito y paella. Tres palabras que van indisolublemente unidas. Los españoles somos grandes aficionados a los arroces. Algo lógico en un país de tradición arrocera que tiene a la paella como una de sus grandes banderas gastronómicas. Sin embargo, la calidad media no responde. Diría incluso que hay un nivel preocupante.

Existen, claro, excelentes arrocerías, pero coincidirán en que no es fácil encontrar un buen arroz, ni siquiera en las regiones levantinas, donde los mejores suelen ser los que se elaboran en las casas y no en los restaurantes.

En su libro “Lo que hemos comido”, Josep Pla mostraba su admiración por los arroces valencianos pero emitía una frase contundente: «Los restaurantes de Valencia son en general tan discutibles que han contribuido de manera visible al mantenimiento de la vida hogareña».

Arroces industriales

El entusiasmo de los veraneantes nacionales y también de los extranjeros por el arroz se sobrepone a todas las calidades. Basta con acercarse estos días a muchos chiringuitos (o a las zonas de las grandes ciudades frecuentadas por los turistas) para descubrir arroces industriales, hechos en hornos cenitales que sólo dan calor por arriba, arroces pasados que parecen engrudo, arroces crudos, arroces con preocupante color amarillo artificial, arroces con mariscos de puro descarte… Todo vale. Y casi nadie protesta.

Muy lejos, salvo contadas excepciones, de esos arroces hechos sobre fuego de leña en paellas que luego se depositan en el centro de la mesa, con una capa muy fina de buen grano y su correspondiente socarrat, y cuyo secreto está principalmente en el caldo y en el sofrito.

Aunque no hay una sola región española donde no se elaboren, los mejores siguen siendo los levantinos. Allí, en la Comunidad Valenciana, mis favoritos son los de Casa Jaime, en Peñíscola, especialmente su arroz Calabuch de espardeñas y ortiguillas de mar en homenaje a Luis García Berlanga.

También los de Casa Salvador, donde además de grandes arroces se puede disfrutar de su terraza sobre el Estany de Cullera; los de Casa Elías, en Chinorlet (Alicante), con los mejores arroces de conejo y caracoles; los de El Faralló, en Denia, donde además pueden comer unas excepcionales gambas rojas, o los de Casa Cantó, en Benissa, cuyos estupendos arroces se sirven en paellas individuales (ya saben, arroces para uno) y se comen con cuchara de madera. Procuren buscar sitios como estos. Y, si pueden, olvídense de los otros.

10 lugares para probar buenos arroces este verano

De Valencia o Barcelona a Asturias, recorremos la costa española en busca de algunas de las mejores direcciones donde comer el plato español por excelencia. por MARTA FERNÁNDEZ GUADAÑO Actualizado Jueves, 20 julio 2023

Arroz de la Abuela, de Casa Jaime, en Castellón.

Bajo una variedad de recetas, casi siempre con productos locales, estas son diez direcciones en la costa, de Valencia o Barcelona a Asturias, que permiten comer buenos arroces.

CASA JAIME

Avenida del Papa Luna, 5. Peníscola (Castellón). Tel. 964 48 00 30. http://casajaimepeñiscola.com

Negocio familiar abierto en 1967 como el proyecto de Jaime Sanz, un pescador y hostelero, que sus hijos han continuado después. Bajo una despensa basada al cien por cien en el Mediterráneo y especialidad en «guisos tradicionales de pescadores», los arroces asumen una parte importante de la carta, con una decena de recetas y una que sobresale por encima de todas: el Arroz Calabuch. Con espardeñas y ortigas de mar, es un tributo a la película de este nombre dirigida por Luis García Berlanga y rodada en Peñíscola. Hay más opciones, como el negro Portal Foch, el de la huerta de Peñíscola, el Columbretes, con yemas de erizo, gamba roja y ajos tiernos o el De la Abuela, con gallineta de roca y chipirones. Precios de 18,50 a 33 euros.

CA’PEPICO

Mediterráneo, 1. Alquería de Roca (Valencia). Tel. 961 49 13 46. https://www.capepico.com

«Cocina de huerta y mar» define su propuesta este negocio familiar que ocupa una coqueta casa de pueblo típica situada en plena huerta valenciana. Su cocina se basa en «realizar platos con materias primas de la zona». En el capítulo arrocero, ofrece una docena de recetas, entre las que están la paella valenciana, el arroz de marisco, el de bogavante azul o el de pato con setas y verduras, así como la fideuá de verduras o marisco. Hay que tener en cuenta que se sirve solo un arroz por mesa y que esta receta se despacha a mediodía, mientras que por la noche solo se elaboran por encargo. A tener en cuenta: las reservas para sábados a mediodía se abren cada lunes de la correspondiente semana. Precio medio de 50-55 euros para comer un arroz con algún plato más.

LLISA NEGRA

Pascual i Genís, 10. Valencia. Tel. 963 94 60 79. https://llisanegra.com

No es la única sede para probar los arroces de Quique Dacosta. Este chef extremeño afincado en el Mediterráneo, que suma 7 estrellas Michelin incluye algún arroz en las ofertas de casi todos sus negocios repartidos entre Denia, Valencia, Madrid y Londres. Nos fijamos en el restaurante del chef que quizás es el más especializado en esta familia de recetas dentro del mercado español. Llisa Negra cuenta con un apartado de arroces, dentro de una oferta de cocina mediterránea bajo un formato de «brasas, parrilla y fuego de leña». Servida en la ‘paella’ -que no paellera- de hierro de 40 centímetros de diámetro y preparada en una cocina acrisolada asomada a la sala -a la llama de leña de naranjo y sarmiento-, se puede pedir paella tradicional valenciana, arroz del senyoret o arroz en paella con bogavante. Los arroces tienen precios de 22 a 45 euros por persona.

CASA CARMELA

Isabel de Villena, 155. Valencia Tel. 963 71 00 73. https://www.casa-carmela.com

Ubicada en la playa de la Malvarrosa, este negocio familiar en cuarta generación tiene como especialidad las paellas a leña, que sea ajusta a la receta vigente desde hace décadas en esta casa, en la que se despacha una oferta gastronómica tradicional valenciana. En su veintena de arroces, se puede pedir la paella valenciana -en este caso, solo se elabora por encargo, bajo una edición limitada cada día-, el arroz del senyoret, la paella de verduras, la de langosta de la playa o la de bogavante. Estos dos últimos forman parte del apartado de arroces con fondo de pescado hecho con trocitos de rape, sepia, y calamar. En todo caso, su base son los productos locales. La paella se sirve con cuchara de madera. Además, se puede pedir clòtxina valenciana o tellina de playa. Por cierto, con ocasión de la presentación de la lista ‘The World’s 50 Best Restaurants’ en Valencia, tuvo entre sus clientes a Dabiz Muñoz, chef y dueño de DiverXO. Precio medio de unos 55 euros.

TOC AL MAR

Playa de Aiguablava, 8. Begur (Gerona). Tel. 972 11 32 32. https://www.tocalmar.cat/

Este restaurante marinero en una cala de la Costa Brava tiene en la parrilla una de sus especialidades, ya que la otra se centra en los arroces preparados al horno de leña. Emplean encina para dar un punto ahumado y productos del Mediterráneo para dar por a recetas como el arroz caldoso o seco de Langosta roja del Cabo de Begur, el oscuro del Ampurdán o el cremoso de langostinos, aparte de la Paella Toc al mar en recipiente rectangular y del rossejat de fideos. El precio medio por persona varía de 23 a 49 euros.

MARTÍNEZ

Carretera de Miramar, 38. Barcelona. Tel. 93 106 60 52. https://martinezbarcelona.com/

Una buena pista en Barcelona. Se trata de una terraza con espectaculares vistas a la ciudad, que define así su formato: «Arroces y brasas». Fundado por Josep Mª Parrado (dueño de Bar Cañete) hace diez años, ofrece una carta de cocina mediterránea (aparte de coctelería), «con productos del mar y de la tierra cocinados al carbón quebracho». Por el lado de los arroces (con precios de 24,50 a 28 euros por persona), propone opciones como el Martínez de pollo y conejo, el de verduras ecológicas de temporada, el negro con chipirones a la andaluza, el «arroz señorito de toda la vida» y, como reciente novedad, el arroz a banda de cangrejo azul con un toque picante.

MI CANDELITA

Playa de Bañugues (Asturias). Tel. 695 567 110. https://micandelita.com

Es la arrocería de Francisco Heras en Bañugues. Con vistas al mar, esta casa dirigida por un hostelero con negocios en Barcelona combina producto local -como pescados y mariscos del día preparados a la parrilla-, con algunas materias primas llegadas del Mediterráneo y arroz de Edu Torres, de Molino Roca (Valencia). El eje central de su carta es, de hecho, una lista de arroces, con recetas tanto marinas como carnívoras o de huerta. Así, se puede probar el que parece el arroz de la casa, que lleva el nombre del restaurante: con verduras de temporada, emulsión de aguacate, chile chipotle y cilantro y que es 100% vegano. Además, está el meloso de carrillera ecológica y setas de temporada, el de gamba blanca de Huelva, el negro meloso o el de pulpo de pedredu a la brasa, aparte de la fideuá con shitake, calamar, semillas de sésamo y cilantro. El precio de los arroces se sitúa entre 31 y 35 euros por persona.

SEA SOUL BY CATARIA

Iberostar Selection Andalucía Playa. Amílcar Barca, Urbanización Novo Sancti Petri. Playa de La Barrosa (Chiclana de la Frontera). Tel. 956 49 70 60. https://www.iberostar.com/hoteles/cadiz/iberostar-andalucia-playa/

Novedad de la temporada 2023. Es el chiringuito del equipo de Elkano, parrilla de Getaria (Guipúzcoa), número 22 según ‘The World’s 50 Best Restaurants’. Situado en la playa de La Barrosa (Chiclana de la Frontera, Cádiz), forma parte del Iberostar Selection Andalucía Playa, hotel donde Aitor Arregui y su mano derecha, Pablo Vicari, dirigen Cataria. A partir de la experiencia de esta sede gaditana que tienen desde hace cinco años, han creado este formato de chiringuito, cuya carta contempla una auténtica curiosidad: un arroz caldoso con bogavante (precio de 35 euros por persona). Además, incluye platos como corvina aliñá con vinagreta de tomate o apartado de freiduría. Es, en todo caso, una fórmula súper casual de probar la cocina «estilo Elkano» en Cádiz.

CAN DOMO

Carretera Cala Llonga, Km 7.6. Santa Eulària des Riu (Ibiza). Tel. 971 33 10 59. https://www.candomoibiza.com/

Finca-casa payesa del siglo XVII con huerto propio, cuya dirección gastronómica corre a cargo desde 2022 de Javier Sanz y Juan Sahuquillo, artífices de Cañitas Maite y OBA (en Casas Ibáñez, Albacete). Estos jóvenes multipremiados han ideado una propuesta ligada a la despensa ibicenca, vegetales del propio huerto ecológico de este hotel-restaurante y carnes con denominación de origen. La carta incluye varios arroces, con precios entre 29 y 39 euros por persona, que se han llevado los piropos de colegas como Rafa Zafra -que en la isla cuenta con Casa Jondal-. Siempre bajo previo encargo y para un mínimo de dos personas, se puede probar el arroz de verduritas del huerto de Can Domo, el de gamba blanca de la isla y alcachofa, el de carabinero y chipirón de playa, el de ibéricos Joselito (costilla, chichas y papada) y el de txuleta de rubia gallega madurada. Como aperitivo, se puede probar La mejor croqueta del mundo 2021.

CAN CARLITOS

Carrer de s’Almadrava, s/n. La Savina. Formentera. Tel. 971 32 25 70. https://cancarlitosformentera.com

Es uno de los negocios en Baleares de Nandu Jubany, chef con una estrella en su casa catalana de Can Jubany y con varios proyectos repartidos geográficamente. Can Carlitos es su sede al lado del puerto de Formentera. Su carta permite comer de muchas formas y a distintas horas. Los arroces se distribuyen en varios apartados. A la lata es una curiosidad para probar el del Senyorito Can Carlitos, con sepia, rape y gambas o el negro con langostinos y alioli. En paella, se puede probar el arroz de secreto ibérico con vieira o darse el lujo de probar el de langosta de Formentera (que se cobra a 195 euros el kilo del crustáceo). En el capítulo de Arroz cremoso, es posible decantarse por un sabor local y elegir el de gamba de Formentera, mientras hay otro de verduras del huerto y setas. De 45 a 80 euros ticket medio por persona.

Trau la Llengua desde Peñíscola

Programa ‘Trau la llengua’, que se ha convertido recientemente en el contenido de carácter no informativo más visto de esta televisión. Este programa de entretenimiento y aprendizaje está guiado por Xavi Castillo y Pepa Cases, quienes viajan por toda la Comunidad Valenciana en busca de palabras y expresiones curiosas del valenciano para darlas a conocer a sus espectadores.

Xavi Castillo presentador del programa «Trau la Llengua»

En el capítulo de hoy viajaremos por el Baix Maestrat y disfrutaremos de la cocina marinera de Casa Jaime de Peñíscola. Nos enseñaran los diferentes nombres de pescados capturados en nuestras costas por las barcas de bajura de Peñíscola y prepararemos el Arroz Calabuch con espardenyes y ortiguillas de mar.

Puedes visionar el programa «Trau la Llengua» desde Peñíscola en el siguiente video.

Programa de entretenimiento conducido por Pepa Cases y Xavi Castillo en busca de palabras, expresiones y formas curiosas de nombrar las cosas en valenciano. Con secciones como ‘In-adaptados’, ‘Palabras en riesgo’ o ‘Cada palabra en su sitio’ en las que reiremos y aprenderemos a la vez.

Mesa redonda para degustar el Arroz Calabuch

Loving Comunitat Valenciana #Peñíscola

Loving Comunitat Valenciana #Peñíscola programa de Apunt Media presentado por Hu Zhao.

Hu Zhao es un joven que dejó su casa y su familia en China porque quería recorrer mundo, pero cometió un error: uno de los primeros lugares en visitar fue la Comunidad Valenciana… y ahí se ha quedado, enamorado de una tierra y de su gente. Su objetivo ahora será descubrirla entera, en una larga visita turística de ocho capítulos, donde conocerá en primera persona a todos los atractivos que nuestra tierra ofrece a los visitantes.

Con motivo del centenario de Luis García-Berlanga, Hu ha pensado en recorrer los pueblos y ciudades valencianas que sirvieron de localización para sus historias. Un viaje guiado por la diversión, la música y el esperpento, rasgos muy característicos de los valencianos y muy presentes en el cine del genial director.

Hu Zhao se atreve a realizar el famoso Arroz Calabuch con Espardenyes y ortiguillas de mar (productos de origen humilde, tiempo atrás; que fascinaron a don Luis García Berlanga por su sabor) junto a nuestro capital y cocinero de barca Jaime Sanz, lo conseguirá…

El restaurante del pescador que aprendió a cocinar en el mar

A lo largo de su carrera, Jordi ha aprendido de grandes como Manolo de la Osa.

Marina Vega: Texto Eva Máñez:Fotografía

Jaumet, como le llaman sus hijos, se embarcó con 14 años en Castellón, donde fue pescador y ayudante del cocinero de una barca llamada Dinero. «Ya lo haré yo», fue su respuesta cuando aquel hombre se jubiló y nadie quería hacerse cargo de la cocina en altamar. Así comienza la historia de ‘Casa Jaime’, un negocio familiar en Peñíscola en el que conviven y trabajan dos generaciones, que ahora es un restaurante de mantel blanco y platos marineros.

Jaime aprendió en el mar los sabores marinos o las artes de pesca. “Me gustaba mucho hablar con los hombres viejos, ya jubilados, de las cosas que les habían ocurrido: por qué usaban una malla u otra para coger lenguados, por ejemplo”. Ahora, es él esa persona con la que apetece charlar durante horas mientras te enseña el libro de firmas en el que aparecen nombres como Paco Rabal, Alfredo Landa, Juan Echanove, Fernando Fernán Gómez o los protagonistas de Juego de Tronos. Todos ellos, y muchos más, han pasado por ‘Casa Jaime’ (1 Sol Guía Repsol) en su medio siglo de historia.

Jaime, el patriarca, flanqueado por sus hijos Jordi y Jaime

Este gran conversador, empapado de sabiduría marinera, acumula décadas de experiencia en el mar que aplica a su recetario. A los 19 años pasó de la cocina de barca a los fogones en tierra firme: primero fue ayudante de cocina en un hotel de una familia catalana (el ‘Bonanza’) y luego estuvo seis meses en una escuela de hostelería.

Entre los entrantes destaca la tostada de brandada de bacalao e higo, con un contraste equilibrado

En el verano de 1967 abrió su propio bar de tapas en el casco antiguo de Peñíscola, el germen de lo que es ahora ‘Casa Jaime’: una histórica casa de comidas que ocupa su actual local desde 1982, en la Avenida Papa Luna, frente a la playa. Aquí, acompañado de sus hijos, que ya han cogido las riendas, continúa trabajando el producto del Mediterráneo -que tan bien conoce- con maestría.

No podían faltar en el arroz de Galera con huevas de sepia y alcachofa, como seña de producto local

“Seguimos haciendo la cocina marinera y autóctona, pero con algunos toques de creatividad”, nos explica Jaime, el primogénito. Sus entrantes son una buena muestra de ello: los mejillones en escabeche, los boquerones con huevas de trucha, la tostada de brandada de bacalao e higo o los carpaccios (de gamba roja con almendra, cebollino y regañás, o el de lubina) sirven para abrir boca y adentrarse en su peculiar mundo, que lleva el producto del mar a la mesa.

Jaime, el primogénito, es el sumiller y jefe de sala del restaurante.

Un relevo familiar

Jaime hijo es el jefe de sala. Primero estudió para ser delineante, pero el tiempo le ha hecho especializarse en sumillería -fue la primera promoción del CdT de Castellón- y enrolarse en el proyecto en el que trabaja toda la familia. Ahora ejerce de director de orquesta mientras recomienda alguna de sus más de 70 referencias de vinos, que van renovando periódicamente. Le acompaña su hermano Jordi, en la cocina, que ha pasado por casas históricas como la de Manolo de la Osa, en Las Pedroñeras.

El ‘carpaccio’ de gamba roja, almendras, cebollino y ‘regañás’ es uno de los platos más demandados.

Ahora son tres personas en sala y cuatro en cocina… y Jaime padre sigue al pie del fogón, pero sin olvidar dónde comenzó todo: en el mar. “Nos adaptamos al entorno con creaciones como el Capricho del Papa Luna: rellenamos la cáscara del erizo con alcachofa D.O. Benicarló, langostinos de Peñíscola y ponemos yemas de erizo por encima”.

Aunque se va retirando poco a poco, Jaime todavía echa una mano a Jordi en la cocina.

En ‘Casa Jaime’ también encontrarás algo poco habitual: caixetes (en castellano, cajitas; también llamado Arca de Noé), un peculiar marisco con profundo sabor yodado que tiene forma de pie de cabrito y que cocinan al vapor. Este bivalvo recibe ese nombre porque se abre girando una pequeña pestaña que tiene en la parte superior.

Los arroces de ‘Casa Jaime’ tienen nombres que honran la provincia o comensales ilustres.

Apodos para platos mediterráneos

Seguimos en clave de mar: las ortiguillas las preparan con el Arroz Calabuch, uno de sus clásicos, en honor a la película de García Berlanga, que rodó en Peñíscola muchos de sus largometrajes. Este icono de la cocina de este restaurante, que antes cocinaban en cazuela de barro y ahora de hierro, también lleva espardenyas. “El primero que lo probó fue el propio director de cine con su familia”, nos cuenta con orgullo el patriarca de ‘Casa Jaime’.

Su recién adquirido Sol Guía Repsol luce en el comedor.

Otro de sus manjares en forma de arroz es el llamado Columbretes (como las islas mediterráneas que se encuentran a 32 millas de Peñíscola, frente a la costa castellonense), que lleva yemas de erizo, gamba roja y ajetes tiernos. O el que lleva el nombre de su hijo menor, Jordi, que elaboran con langostinos y pulpo.

Las galeras, ya peladas.

En esta casa, fieles a su origen, también ofrecen el pescado del día, que puede ser dentón, lenguado, rape o corvina, porque “depende de la suerte del pescador”. Hacen, por ejemplo, un guiso tradicional de pescadores: la raya con langostinos. Otro de sus platos estrella es un homenaje a su abuelo, el padre de Jaime: “la Caldereta Camilo se llama así porque es el apodo de la familia y lleva rape, cigala y vieira con salsa tipo romesco con ñora, avellana, pan frito y está espesada con verdurita”.

Aquí se pueden degustar los poco habituales ‘caixetes’.

Un marinero orgulloso de su tierra

También hacen otras sugerencias del día en función de lo que dé la mar. “De vez en cuando tenemos fuera de carta singularidades como la llengueta (Aphia minuta) que, aunque no lo parezca, es un pescado adulto. Lo cocinamos a la bilbaína, como se hacen las angulas: con aceite, cayena, ajo y añadimos huevos de gallinas camperas. Otras veces tenemos langostinos al ajillo con curry o hervidos al vapor con agua de mar, pero también arroces diferentes, como el de galeras, alcachofa y huevas de sepia, que solo hacemos de noviembre a junio, por la temporada de la galera”, comenta el cocinero.

El restaurante aún mantiene su espíritu inicial como casa de comidas, aunque más refinado.

La carta de ‘Casa Jaime’ es una oda al mar, que refleja su entorno. “En la provincia de Castellón hay cinco puertos que capturan más de 300 especies”. Pero más allá del fértil Mediterráneo, Jaime nos confiesa que su tierra es un oasis en forma de despensa: “Tenemos una muy buena materia prima: aparte de mar, también somos huerta y montaña”. De ahí la trufa de Morella, los lechazos, las setas, la alcachofa D.O. de Benicarló o el tomate de penjar de la zona, que también utilizan en sus platos. La comida va llegando a su fin. Después del festín de sabores salinos, es el turno del dulce: una cremosa tarta de queso -que lleva un toque de roquefort- y una de manzana, de masa rústica y delicado regusto a anís.

La tarta de queso -con un toque de roquefort- llena las papilas de armonía dulce.

Antes de irnos le preguntamos a Jaime cómo tuvo claro que quería ser cocinero, dejando atrás aquellos años de juventud, cuando era pescador. “El mar siempre llama, esa afición no se pierde nunca. Antes tenía un bote pequeño y por la mañana me iba a las cinco de la mañana a pescar sepias”. Y sus hijos nos cuentan que, hasta hace poco, Jaime seguía yendo todas las tardes a la lonja de Peñíscola en su Mobylette para comprar pescado fresco. “Era su manera de seguir vinculado con la mar. Nuestro padre nunca ha dejado de ser pescador”.‘CASA JAIME’ – Avinguda del Papa Luna, 5. Peñíscola, Castellón. Tel. 964 48 00 30.