Cocina de Barca
Un Oasis en el desierto Gastronómico de la Cocina Marinera en Peñíscola
Un Oasis en el desierto gastronómico de la cocina marinera. Guía para Comerse y berberse España. #CocinadeBarca #CocinaMarinera #MediterraneoenVivo. Por: Almudena Ortuño de Tapas Magazine
Ésta podría parecer una historia de arroz, pero en realidad es un cuento de mar. A los 14 años, Jaime Sanz empezó a trabajar como ayudante de cocina en un barco de arrastre, y hasta hoy. A punto de cumplir los 80, sigue visitando todas las tardes la Lonja de Peñíscola, ciudad en la que nació y donde decidió echar el ancla de su restaurante.


Casa Jaime de Peñíscola. Los productos marinos empapan los platos tradicionales de la casa. Desde los arroces, donde se prodigan las ortiguillas de mar y las espardeñas (holoturias o pepino de mar), o las galeras (squilla mantis) y las huevas de sepia, hasta los guisos y suquets (guiso tradicional de pescadores de bajura del maditerráneo) de pescado.


Si un barco sigue a flote tras medio siglo, es un buen barco.
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Un Abecedario muy Playero
- May 10, 2021
- 0
Un abecedario muy playero. La A de accesibilidad, la B por las banderas azules, la C es la excusa para ir al chiringuito… Elegimos un arenal en España por cada letra del alfabeto, y todas integran una apetecible lista. GUILLERMO ESAÍN
Noticia del suplemento del periódico el País “El Viajero”


Poco a poco aumenta la temperatura en la costa española. Por la primavera creciente. Por el decaimiento, al menos generalizado, de las restricciones de movilidad entre comunidades. Por la reapertura de los chiringuitos. Por el apetito voraz de mar y olas o la publicación, el próximo día 11 de mayo, del listado de banderas azules 2021. Llega el momento de los espacios litorales y en España hay 3.000 arenales para elegir.


19R. Restaurante
Casa Jaime, Peñíscola (Castellón) Nada como celebrar el próximo 12 de junio el centenario del nacimiento del director Luis García Berlanga en el comedor que frecuentaba y en cuya carta se le homenajea con el arroz Calabuch. Jaime Sanz, a sus 78 años, sigue al pie del timón con la caldereta de langostinos y el canalón de galera con trufa del Maestrazgo (casajaimepeñiscola.com).


Descargar artículo en PDF – Un Abecedario muy playero
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Infinitri Half Triathlon a Peníscola 2021
La novena edición del Infinitri Triatlón Peñíscola 2021 reunirá a un total de 400 atletas el domingo 25 de abril, en una prueba que se viene celebrando en la localidad castellonense desde 2013. Un Cartel de lujo en Peñíscola, Este fin de semana, sin embargo, tendrá que pelear para hacerse con el triunfo, ya que hay grandes nombres en el startlist: Gonzalo Fuentes, cuarto en el Campeonato de España de Bilbao, y Jordi Montraveta, séptimo, serán los otros grandes nombres a seguir.
Junto a ellos, figuras como Beñat Sagarzazu, Mikel Mújica o Guillem Rojas animarán la carrera, al igual que un Carlos Vives crecido tras su buen rendimiento en KOA Distance.
Primer triatlón de media distancia de la provincia de Castellón, una espectacular carrera que destaca por sus singulares localizaciones convirtiéndola en una emocionante prueba half – ironman (1,9 km de natación, 90 km de ciclismo, 21,1 km de carrera a pie) reconocida por su exigencia y belleza. El evento tiene lugar en la localidad de Peñíscola, que integra la red oficial de pueblos más bonitos de España y del mundo, y se sitúa como uno de los destinos turísticos preferidos.


El formato del Infinitri Triatlón Peñíscola 2021 reúne muchos y excitantes alicientes: la prueba comienza con un segmento de natación de 1.900 m donde la salida y la meta de este están en playas diferentes de Peñíscola. El recorrido rodea el casco antiguo de la localidad, que recuerda a muchos a la isla de Alcatraz, aunque a diferencia de ésta, un pequeño trozo de tierra la une a la península convirtiéndolo en un espectacular tómbolo, que está coronado por un castillo construido por los Templarios y situado 64 m. por encima del nivel del mar.


Al escenario inicial del Infinitri Triatlón Peñíscola 2021 le siguen un exigente circuito ciclista de 90 km por el interior de la comarca pasando por las localidades de Cálig, Cervera del Maestre y Sant Jordi, con un perfil con constantes cambios de nivel que sin tener grandes pendientes acaban por acumular continuos esfuerzos.


Otra de las joyas de la carrera es su segmento de carrera a pie de 21, 1 km, comenzando desde el paseo marítimo de la playa Norte y pasando de nuevo por la playa Sur, de camino al parque natural de la Serra D’Irta donde nos acompañarán las excepcionales vistas de sus calas salvajes y de nuevo la estampa del sobrecogedor Castillo de Peñíscola al fondo.
La organización, el área de Deportes, la brigada municipal de obras y servicios, así como la Policía Local han coordinado un dispositivo de seguridad para la acogida del evento que cuenta con medidas especiales y controles de aforo para su desarrollo. El evento dispone de un protocolo especial por la covid-19 y cuenta con la colaboración de la Diputación de Castellón y el apoyo de los Cuerpos de Seguridad del Estado.
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Ruta veraniega por la Comunitat Valenciana
Ruta veraniega por la Comunitat Valenciana diferente a todas. Hedonismo ante todo. por @jesusTerres 24/07/20
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues —¡con qué placer y alegría!—
a puertos nunca vistos antes
El verano más extraño de nuestras vidas está aquí para recordarnos (como si hiciese falta) que no tiene ningún sentido hacer planes, que ya los hace la vida por nosotros y que qué más dará estar aquí o estar allí si al lado tienes a quien quieres; el arriba firmante, sin ir más lejos, tenía planes de plantar su culo en Estocolmo (culo fresquito) y el sur de Francia, a lo largo de los viñedos de Languedoc-Roussillon, pero nada más lejos de la realidad: el verano arrancó en una cala de Mallorca (en el Hotel Formentor, en Port de Pollença) y en un fin de semana tirando a lisérgico en esa fabulosa localidad que es Alcossebre.
Destinos donde ser feliz
Cenamos como Dioses en chanclas en Atalaya, el restaurante —no se pierdan su terraza— de Alejandra y Manuel en Alcalà de Xivert, ellos se conocieron en Martin Berasategui de Lasarte y están poniendo a Alcossebre en el mapa mental del gastrónomo. Aprovechamos para volver a El Pinar a por una paella del ‘senyoret’, El Pinar es un clásico que quizá va un pelín justito en cocina pero qué vistas y qué bien se está cuando se está bien a la fresca, lejos del mundanal ruido. Salimos desde la playa de Las Fuentes hasta Peñíscola, corazón de la costa del Azahar, con el destino puesto en esa catedral marinera que es siempre Casa Jaime: todo está bien aquí porque, para empezar, se respira ese aire de familiaridad bien entendida que solo se respira en las casas que entienden la gastronomía como una forma de vida. Esta lo es: cocina marinera fundada por Jaime Sanz en 1967 y hoy en las manos sólidas de su hijo Jaime. Me chifla el carpaccio de gamba roja del Mediterráneo, las ortiguillas, las espardenyes o el arroz Calabuig, sentido homenaje a la película de Luis García Berlanga.


Platos que son verano
No hay un producto que hable tan bien de esta tierra como la gamba roja, por su sabor salino, intenso, jugoso e inolvidable: ¿quién no se ha muerto de placer sorbiendo su cabeza? Para morir de placer en manos de una gamba nos toca viajar hasta el sur y atracar en la Costa Blanca, hasta la lonja de Dénia y esas dos casas de comida sin las que es posible entender la historia de nuestra cocina: El Pegolí y El Faralló. El primero, cuyo origen se remonta hasta 1943, del que tristemente se habló mucho esta temporada por el fallecimiento de José Piera, Pepe ‘el Pegolí’, a los 76 años de edad —El Pegolí es imprescindible como lo es la terraza de El Faralló de Javier Alguacil y Julia Lozano (en pocos sitios he sido tan feliz como en esta casa) o el ático de Peix & Brases donde brilla la cocina plena de sentido común y creatividad de José Manuel López frentes a los barcos llegando al puerto: qué inmensa suerte tenemos teniendo Dénia tan cerquita. Y ya que andamos en torno al Montgó lo suyo es visitar Tula en Xàbia, la “casa de comidas sencilla” de Borja Susilla y Clara Puig, una pareja que transmite su amor a través de su cocina amable. Platos técnicos y frescos que giran en torno a la temporalidad del producto y se completan con pequeñas influencias de otras cocinas del mundo. Su credo es el sabor y el saber hacer de las pequeñas cosas, es lo que más valoramos ahora, ¿no?
No me perdonaría hablar sobre la gamba roja sin nombrar al más grande (Quique) ni de plantar una pica en ese oasis que es Bon Amb de Alberto Ferruz; este verano Dénia y Xàbia están más cerca que nunca, ojalá que las aguas de la cala de Ambolo y la cova Tallada agradezcan este parón del mundo.
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Casa Jaime, Cocina de Barca
Casa Jaime, Cocina de Barca. La tradición, los sabores de siempre perduran en la memoria.
Jaime Sanz nació en una familia de pescadores. Sus padres, Jaime y Rafaela de nombre, naturalmente, la cocina hogareña era de barca o marinera, sabrosos guisos y recetas de pescados de poco valor gastronómico, sin pedigree pero no por ello dejan de ser suculentos. Recuerdos de pulpo con patatas (muy barato entonces); raya (frita, en suquet o en all i pebre) «Gatets» pescado escualo de la familia de los tiburones (pintarroja) en «remesclo» (es como le llamaban al guiso de pulpo con patatas, pan duro o seco – y frito – más un majado de ajo, almendras y caldo de pescado) o Fideuà en cazuela de barro. Jaime siempre ha sido un gran amante del rancho marinero o Cocina de barca.
En una ocasión, Jaime Sanz capturó un pulpo casi más grande que él – pesaba 4 kilos – a los 7 años. Lo consiguió con caña. Ya estudiaba en el colegio de Orientación marítima. dos años después hizo la comunión. Sanz, de modesta y honrada familia de pescadores, sabia ya, a tan temprana edad, que la vida era dura. Su padre tenía un bote de trasmallo, y lo que extraía del mar iba a la venta y al consumo propio. Aquella barca se llamaba Daniel, y su matricula era CP (Castellón de la plana) 3-70.
A los 12 años, su padre enfermo de los bronquios – en enfermedad muy común de los pescadores, no había un equipamiento adecuado y el agua y la humedad corrían hasta el alma – y tubo que ponerse a trabajar, embarcándose con Carlos, un pescador adulto con gran conocimiento de las artes de pesca. Así ayudaba económicamente a sus padres. A veces iba también con su tío Manuelet. El padre de Jaime Sanz no pudo superar el mal del mar y falleció en 1958. Las autoridades de Marina fueron comprensivas con Jaime por que conocían sus necesidades económicas y olvidaron que contaba 12 años y no los 14 legales para embarcarse.
Fue a esta edad cuando empezó a faenar en una barca de nombre Dinero. Donde fueron sus primeros contactos con la Cocina de Barca o rancho marinero. Los chavales como él ayudaban al cocinero, que era siempre el de mayor edad de la tripulación. A bordo Dinero llego a las islas Columbretes, a 32 millas marinas de distancia de Peñíscola. Abundancia de pesca (sardinas, boquerón, caballa, langostas, rape, mero, sargos, denton); rompían las redes. Al año siguiente cambió de embarcación. Se llamaba Damián Blasco. Se jubiló el cocinero y Jaime Sanz lo relevo con solo 16 años. Entonces ya comenzó a cobrar como un «home», es decir igual que el resto de la tripulación, 26 en total.
Su tío Manuelet (1962) compró una barca y la bautizó Etna. Jaime partió con él, rumbo al arrastre, con 6 o 7 pescadores. La pesca superaba las expectativas, en una ocasión llenaron el «bou» (red) con casi 20 toneladas de «espardenyes» y las devolvieron al mar, en aquel entonces no eran cotizadas más bien lo contrario. Se guardarán 30 ejemplares para añadirlos al arroz a banda de la tripulación. El mediterráneo, una despensa fascinante.
En 1964 compró una barca, Arruza. El producto de las capturas lo subastaba en la lonja de Peñiscola. En 1965 dejó el mar y se fue como cocinero, al bar Bonanza, donde conocio a su mujer, Pilar. En 1967 se estableció, en compañia de su hermana Rafaela, en el centro del casco antiguo de Peñiscola (calle Matilde Tinot, 3). Resulta que Matilde fue la esposa de un antepasado, Jaime Sanz Roca, alias El Russo porque trabajo como sastre para el Zar Nicolás II de Rusia.
Casa Jaime se mudó al actual emplazamiento el 1 de Junio de 1967. Donde en los años 60, se rodo «el Cid», dirigida por el norteamericano Anthony Mann, justo delante de Casa Jaime, en la extensa playa, donde se rodarón algunas de las escenas más espectaculares. Jaime Sanz participó como extra en la producción. Lo contrataron, como a centenares de conciudadanos, por un salario de 100 pesetas al día. En la barca, su oficio, cobraba 300 pesetas a la semana.
Estuvo en el departamento de vestuario. Por las tardes, finalizado el rodaje, jugaba a fútbol con Raf Vallone (el conde Ordóñez); futbolista del Milán. El joven Jaime, centrocampista, le ponía balones a punto de gol, sobre el césped de la arena. Jaime Sanz tuvo el privilegio de sujetar las bridas del corcel de Charlton Heston / el Cid mientras lo vestían (al actor); coincidiendo con el actor al incorporarse al rodaje.
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